viernes, 22 de abril de 2016

MAESTRA, de L.S. Hilton


DATOS TÉCNICOS:

Título: MAESTRA
Título original: Maestra
Autora: L.S. Hilton
Traductor: Santiago del Rey
Editorial: Roca Editorial
Colección: Thriller y suspense
ISBN: 978-84-16498-01-7
Páginas: 352
Presentación: Tapa blanda con solapa





No suelen gustarme los grandes lanzamientos de ningún tipo, ya sean de películas, tecnología o cualquier otra novedad que se os ocurra y especialmente, cuando se trata de literatura, mucho menos, salvo raras excepciones que se basan principalmente en un conocimiento previo del escritor sobre el que giran porque haya conseguido un premio de renombrón y merecido. Normalmente me producen una cierta desazón, porque cuando he caído o me han enredado de alguna manera en alguno, generalmente me ha dado la impresión de ir con el paso cambiado a medida que leía y que aquello con lo que todo el mundo parecía levitar a mí se me antojaba del montón. También es verdad, porque estoy convencida, que seguro que me he perdido infinidad de novelones, pero no me da la vida para tanto.

Y digo esto porque hoy me tenéis aquí, opinando de una novela que cumple rigurosamente la misma premisa de la que en el párrafo anterior reniego (y eso que me he dejado alguna más en el tintero, para sorpresa de más de una amiga que alucinará pepinillos al ver en el charco en que me he metido yo que siempre he rechazado determinados temas).

Sin embargo, la razón es muy sencilla: la novela llegó a mí sin saber absolutamente nada de ella. Lo hizo durante la Semana Santa, con premeditación y alevosía porque no estaba para recibirla, sirva eso como descargo. A mi vuelta, al abrir el sobre me encontré con un bello ejemplar, prácticamente rojo en su totalidad excepto por el título, el nombre de la autora y un detalle central que aparentaba ser un desgarro en un lienzo. Vale que venía envuelto con el típico fajín que hablaba de las bondades por las que no había que perderse la novela bajo ningún concepto, pero como hace mucho tiempo que con estos distintivos me pasa lo mismo que con la Teletienda, que se que existe, pero la ignoro, omitiré este paso.

El libro venía acompañado de un dossier de prensa, así que me faltó tiempo para leerlo (suelo utilizar estos detalles editoriales para hacerme una idea de la prioridad que dar a una lectura) y poco a poco me di cuenta de que me apetecía un montón conocer a la protagonista de la que me hablaban y si al final me llevaba un disgusto, ya recurriría a uno de mis escritores fetiche para la siguiente, por aquello de que la mancha de la mora con otra verde se quita.




LA AUTORA:


Poca información tengo sobre L.S. Hilton, dado que esta es la primera novela suya que leído, por lo que apenas puedo citar la información que aparece en la solapa del libro:

L.S. Hilton creció en Inglaterra y ha vivido en Key West, Nueva York, París y Milán.

Tras licenciarse en Oxford, estudió Historia del Arte en París y Florencia. Ha trabajado como periodista, crítica de arte y locutora, y vive en Londres.

Maestra es el primer título de una aguda y sofisticada trilogía que se ha convertido en todo un fenómeno editorial, publicada en más de treinta países.

Actualmente, L.S. Hilton está colaborando con Erin Cressida Wilson en el guión de la película de Maestra, cuyo estreno mundial será en 2017.



ARGUMENTO:
Cuando aquella tarde de mayo Judith Rashleihg se encontró en la estación de metro de Green Park con Leanne, su amiga de la infancia y a la que hacía más de una década que no veía, su vida dio un giro de ciento ochenta grados.
Hacía tres años que trabajaba como ayudante en British Pictures, una de las dos casas de subastas más importantes de Londres, pero con un sueldo que apenas daba para malvivir. Por ello, cuando su amiga le contó lo que ganaba en el Gstaad Club, un local de alterne próximo a St. James simplemente por acompañar y dar conversación a la clientela mientras tomaban champán un par de noches por semanas, no dudó en seguir sus pasos y desde ese mismo día compatibilizó ambos empleos.
Los problemas vinieron poco tiempo después, cuando descubre una estafa de grandes proporciones que se va a llevar en British Pictures a instancias de su jefe y es despedida, junto con otro compañero antes de poder delatar el hecho, algo que cambia su vida drásticamente.

Atenazada por la rabia y la impotencia, un cliente del club le propone que le acompañe unos días a la Riviera francesa y allí descubrirá un mundo tan fascinante como adulterado por el poder y el dinero. Disfrutará de una vida glamurosa, se vestirá en las boutiques más elegantes y pulirá su lenguaje, especialmente su característico acento scouse.

 

Pero nunca perderá la esperanza de convertirse en la propietaria de una galería de arte con sede en Ginebra y no dudará en conseguir sus propósitos aunque para ello tenga que implicarse en una espiral de dificultades, donde la mentira, el fraude y una larga serie de delitos son peccata minuta en comparación con lo que se le viene encima.

 

 

IMPRESIONES:
Como os decía al principio, llegué de vacaciones de Semana Santa y enseguida retomé mis viejas costumbres. Una de ellas también está relacionada con mi afición a la lectura y consiste en quedar con un par de amigas y destripar todo aquello que pasa por nuestras retinas y después recomendarnos o no tal o cual novela.
Quiso la casualidad que las tres estuviésemos leyendo la misma, por lo que la charla fue más fluida de lo habitual:
- ¡Caramba, Moji!, ¿qué haces leyendo Maestra con lo tocada que te dejaron las Cincuenta sombras de marras?
- Calla, canalla, que alguna de las tres se tenía que leer esa novela para poder hablar de ella con conocimiento de causa y yo me limité a seguir la senda que millones de mujeres en todo el mundo hicieron; pero lo de este libro es como para planteárselo, porque no te imaginas lo soez que me parecen algunas escenas. ¡Es que no lo entiendo! ¡Qué tiparraca más inmoral!. Y encima, la autora no se corta un pelo y ya en el mismo prólogo empieza a calentar motores. Increíble, no sé si la terminaré.
(Imagino que a estas alturas, el apelativo por el que nos dirigimos a nuestra amiga está más que justificado, aunque no se pierde un título de cuantas novelas de género erótico aparecen en el mercado).
- Venga, Moji, que el saber no ocupa lugar. O eso dicen, caris.
Fue entonces cuando le pregunté a Caris (cuyo apelativo cariñoso se debe a que siempre remata sus frases con este término) si a ella le parecía que el tema del sexo era tan relevante en la novela, ya que yo apenas llevaba cincuenta páginas leídas.
- No, para nada, si bien es cierto que hay alguna que otra escena –tampoco te creas que suman más de media docena en toda la novela- puede que por lo que llame más la atención es por los gustos tan particulares de la protagonista en lo referente a esa cuestión, caris. Pero otra cosa te digo: cualquier día de estos nos vemos a Moji frecuentando esos clubs de intercambio de parejas que tan de moda estuvieron hace unos años. Tiempo al tiempo, caris.
Y con esa perspectiva, sabiendo que a Caris le había gustado bastante y que lo de Moji no era más que postureo, aquella noche cogí la novela con tantas ganas que a puntito empezaba a clarear el día cuando decidí descansar unas horas.
No obstante y antes que nada, una vez concluida la novela me gustaría empezar comentando alguna “pega” que he encontrado y no todas precisamente achacables a la autora o a la historia. Y es que cada vez me molestan más las etiquetas. Creo que lo he dicho en repetidas ocasiones desde este espacio y no dejaré de hacerlo porque entiendo que no es necesario engañar al personal con algo tan nimio, ya que si una novela es buena, se va a vender de cualquier modo.
Pues bien, si hay una (etiqueta) que se repite hasta la saciedad es la de “thriller”, imagino que porque para las editoriales debe ser sinónimo de éxito. Así que imagino que si ahora os digo que denominar a esta novela como tal me parece excesivo, me diréis que soy demasiado quisquillosa, pero no lo puedo evitar.
En primer lugar, del thriller se espera que tenga un ritmo rápido, vivo, que te lleve como un potro desbocado hasta el último obstáculo para saltarlo jadeante a la espera de un final impactante. Para que esta circunstancia se dé, lo normal es que las tramas duren poco tiempo y los capítulos sean cortos. Nada de esto sucede en Maestra. Para que os hagáis una idea, la narración se inicia un mes de mayo y termina en diciembre, siete meses después. Esto no significa que no haya escenas realmente vertiginosas, en las que la tensión se masca, pero son eso: escenas esporádicas.
Por otro lado, tenemos momentos de absoluta calma independientemente de que nuestra protagonista se sienta más o menos en peligro, pero no lo aparenta en exceso. Quizás sean esas situaciones las más interesantes, porque son las que nos ayudan a conocerla un poco más, donde más se abre, porque si todavía no lo sabes, Judith Rashleigh es una sociópata de manual, con un universo emocional más limitado que la dieta de un vigoréxico.
Es entonces cuando nos relata su amor por el arte, cuando nos habla de los cuadros que más admira y los describe con tanta sensibilidad que te sientes incapaz de dejarlo correr y no dudas en ponerte en manos de Mr. Google para que te ilustre. Para que os hagáis una idea, aunque son muchos los que cita, hay uno que, desde la primera vez que lo vió hace años, supuso una revelación en su vida y en su personalidad. Se trata del “Judith decapitando a Holofernes”, de Artemisia Gentileschi. Nos lo describe así:
“Cuando contemplas la espada delicadamente esmaltada en la garganta de Holofernes, te das cuenta de que no está allí de un modo meramente formal o sugestivo, sino hincada en la carne en un ángulo muy poco elegante; más aún, en un ángulo inadecuado para una composición refinada. Esa imagen procede de la mano de una mujer que ha rebanado el cuello de muchas aves en la cocina, que ha retorcido el pescuezo de muchos conejos para meterlos en la olla. Judith está degollando a Holofernes como es debido, serrando los tendones aplicadamente y con sus musculosos brazos en tensión a causa del esfuerzo Hay algo doméstico en la escena; la sencillez de la sábana, el torpe chorro de sangre, la curiosa sensación de tranquilidad. Esto es cosa de mujeres, está diciendo Artemisia, impasible. Es lo que hacemos nosotras”.
Dejando de lado el tema de si es un thriller o no, que creo suficientemente argumentado pero que si a alguien no le parece estaría dispuesta a seguir abundando en ello, hay otro tema que me parece especialmente llamativo, sobre todo porque sin ser una experta en literatura erótica (para que os hagáis una idea, me quedé en El amante de Lady Chatterley, de D.H. Lawrence, por lo que Las cincuenta sombras… o el resto de réplicas que han ido saliendo no me han intoxicado el gusto), decir que esta novela es erótica me parece la idea más peregrina de cuantas se le puedan atribuir. Maestra NO es una novela erótica, ni mucho menos. Otra cosa es que haya en ella algunas escenas de sexo explícito, que pueden gustar o no, pero precisamente, si por algo se carácteriza ese género es por todo lo contrario.
Y puede ser que no gusten, pero de ahí a catalogar un libro de una manera por unas cuantas escenas me parece una barbaridad. Es como si alguien tirase a la hoguera la saga Millenium por determinadas secuencias donde el sexo también está presente. ¿A que a nadie se le ocurriría tildar a Los hombres que no amaban a las mujeres de erótica por ser partícipes de determinados momentos? Tampoco me parece que el vocabulario elegido para narrarlas no sea el adecuado, porque ya de por si en toda la novela el léxico es notable y en estos episodio sigue la misma pauta: la naturalidad.
Sin embargo, lo que sí ha llegado a desquiciarme es cada vez que la protagonista nos hablaba de su vestuario, de lo que compraba cada vez que iba a una boutique, o de lo que se ponía cada vez que iba a algún sitio. No he visto en mi vida mayor derroche a la hora de citar marcas de todo tipo, como si estuviese subvencionada por las mismas o les debiera algo. Delirante.
Así que ahora que me he despachado con lo malo, sigamos con lo bueno, que es mucho y lo que me hace recomendar esta lectura:
Y es que si por algo me ha gustado especialmente esta novela es por el modo en que ha sabido mantener el suspense y la incertidumbre, más cuando en origen cuenta con el hándicap de que los lectores sabemos de antemano que se trata de la primera parte de una trilogía, por lo que difícilmente una protagonista puede caer en la primera ronda ¿no? Pues bien, da igual, la trama es tan absorbente, tan elaborada y tan interesante que vives en un puritito sufrir, con el corazón encogido o fibrilando dependiendo del momento.
Porque otra cosa no será, pero Judith Rashleigh es todo un personaje que apunta maneras desde las primeras páginas. Cuando nos la imaginamos como una pobre desgraciada víctima de una sociedad arrogante que no reconoce los méritos de muchos jóvenes que gozan de una preparación exquisita y que por ello se ven abocados a un trabajo infame con un mísero salario aunque sea en una de las casas de subastas más elitistas del país, a la primera ocasión se nos descubre como una joven perspicaz e inteligente y para nada modosita.
Por eso, cuando su amiga Leanne le cuenta lo mucho que gana en el Gstaad Club, un local de alterne, una vez salvados los primeros reparos no duda en liarse la manta a la cabeza y sacarse un sueldo extra con el que permitirse los pequeños lujos que con el empleo de sus sueños ni se plantea.  Para ello, basta con dar cháchara a los habituales del lugar mientras toman champán dos noches por semana. Tampoco es para tanto.
Los problemas reales surgen cuando, sin pretenderlo aunque si como consecuencia del esmero que pone en sus funciones, se entera de que en la casa de subastas se va a cometer una estafa de dimensiones épicas y que el responsable de la misma es su jefe. La pena es que antes de poder hacer nada al respecto será despedida.
Indignada con su suerte y con la vida, viajará a la Costa Azul, acompañando a un cliente habitual del Gstaad Club, aunque este solo será un mero instrumento que le abrirá las puertas a un mundo desconocido hasta entonces. Saneada su economía, frecuentará hoteles de lujo, los restaurantes más exquisitos, las boutiques más selectas y trabará relaciones con tipos instalados en el poder. A cambio, se limitará a hacer lo que observa en otras:
“Nuestra misión, la misión de las chicas, era llevar delicadas sandalias K-Jacques en torno a nuestros preciosos y bronceados tobillos; era agitar nuestra preciosa melena y dar sorbos delicados a nuestro vino y jugar con los preciosos Rolex que lucíamos en nuestras esbeltas y bronceadas muñecas. Éramos trofeos, oro convertido en carne deliciosa y broncínea, Galateas que se fundían al contacto con el dinero…” (Página 132).
No obstante, no cejará en su empeño de montar una galería de arte con sede en Ginebra y convencerá y utilizará al amante de turno para que le de la cobertura suficiente para hacerlo posible. Claro que la vida se le complica un poquito y eso tendréis que descubrirlo vosotros, ¿no?

ESTRUCTURA Y ESTILO:
La novela se divide en cuatro partes, todas ellas tituladas alternativamente de la misma manera: Fuera (parte primera y tercera) y Dentro (segunda y cuarta) que contienen los veintiocho capítulos de los que consta. Además, cuenta con un prólogo de apenas dos páginas y media que posteriormente veremos ampliado a partir de la página 245.
Narrada en primera persona y en tiempo pasado por la protagonista, es más que evidente el dominio que ejerce sobre las situaciones que va exponiendo, lo cual no es óbice para que en muchos momentos el relato sea intenso, ya que se nos desnuda en cuerpo y alma.
El vocabulario es preciso y fluido, lo cual hace que la novela sea verosímil y muy rico cuando se trata de describir tanto lugares como obras de arte.

EL TÍTULO:
Varias son las razones que han llevado a Lisa S. Hilton a elegir Maestra como título para esta novela. En primer lugar, es bastante recurrente la figura de Artemisia Gentileschi a lo largo de la novela, no solo por citar algunas de sus obras y describirlas con tal pericia que se me antoja imposible que nadie haya querido buscar el algún buscador algunas de ellas. Pues bien, esta pintora de origen romano fue la primera artista italiana con la que se utilizó por primera vez el término Maestra.
Otra de las razones se debe a que en su lengua de origen esta palabra tiene un doble significado, pudiéndose denominar así a una mujer con autoridad o bien a una amante

LOS PERSONAJES:
Al tratarse de una novela narrada en primera persona y sin la presencia de un narrador omnisciente, conoceremos a los personajes a través de la mirada de la protagonista.
Bien es cierto que a lo largo de la historia desfilará un buen elenco de secundarios, a cual más interesante, caracterizados de manera detallada en base a la relación que guardan con Judith, pero pocos son los que pueden hacerle sombra, bien porque el carisma de la narradora anula a cualquiera de ellos o bien porque no soportan el peso de la trama.


CONCLUSIONES:
Es posible que a estas alturas hayas oído hablar de esta novela en blogs, redes sociales o simplemente con que eches un vistazo a los escaparates y estanterías de las muchas librerías que pueblan tu ciudad, incluso si te acercas a la sección de libros de cualquier gran superficie verás que los ejemplares de Maestra se apilan por montañas y que si te detienes durante unos instante observarás que van desapareciendo como por ensalmo; obvio cuando la campaña publicitaria que se está llevando a cabo sobre la novela nos habla de un nuevo fenómeno internacional, capaz de de atrapar a los mismos lectores que sucumbieron ante La chica del tren o la trilogía Millenium de Stieg Larsson, sin contar con que Columbia Pictures ya ha comprado los derechos para trasladarla al cine y que la cinta estará disponible en 2017.
Pueden que lleven razón, no voy a discutirlo, pero la realidad es que Maestra es una novela que atrapa, ya que conjuga en una trama impecable que gira en torno al mundo del arte grandes dosis de intriga, intensidad y una preciosa ambientación. Si a eso le añadimos una protagonista tan carismática como poco empática, el cóctel está servido y te aseguro que te merecerá la pena dar el primer sorbo. Los siguientes no podrás rechazarlos.








22 comentarios:

  1. Tenía mis reticencias con esta novela, ultimamente huyo de todo lo que etiquetan como erótica, porque como bien sabes, y hemos comentado más de una vez, a todo le ponen esta etiqueta desde las cincuenta sombras de marras, y los lectores de erótica sabemos que precisamente eso es sado, pornografía, sexo gratuito y sin venir a cuento o viniendo, pero no erótica. En toda novela el lenguaje debe estar adaptado a lo que se narra, y al contexto, por eso suele utilizar un lenguaje poco delicado y ojo que a mi no me molesta que haya esas escenas, solo que no me gusta que me la etiqueten mal y me lleve a leer gato por liebre. Y como nos gustan ultimamente las etiquetas, todo lo tenemos que encasillar, que manía la nuestra.

    Hay una cosa que me saca de quicio y es ese afan por mencionar marcas de ropas y complementos en las novelas, termina molestándome mucho por lo que ya estaba a puntito de descartarla, pero lo que cuentas después me gusta, así que me tragaré cuantas marcas quiera la muchacha, que seguro que me sonaran a chino porque yo estoy justamente al otro lado.
    Me ha gustado como has encarado la reseña, me ha gustado ese extracto de conversación y sobre todo me gustaría no vivir tan lejos para poder quedar para comentar, te aseguro que todos los meses leeríamos algo en común para comentar largo y tendido.

    Mas pronto que tarde caerá en mis manos, y a ver si te pones las pilas que es una gozada leerte.

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  2. Lo de que girase la trama en torno al tema artístico hizo que pusiera mis ojos en ella, pero después de leer algunas opiniones y enterarme de que tiene una buena dosis de erotismo, me ha obligado a bajar mis expectativas tanto que no creo que la lea. Besos

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    1. El tema del mundillo artístico es muy interesante y buena dosis de erotismo no hay; si acaso, algunas escenas de sexo (explícito para más señas), pero que no enturbian la trama y te aseguro que la historia merece la pena.

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  3. ¡Qué reseña más original! Mezclando tu charla con las amigas y este estilo desenfadado, directo, pero cuidado para transmitirnos tu opinión sobre el libro. Justo este libro llamó mi atención en la librería, y no, no estaba en un montón apilada, estaba mezclado entre más libros, fue gracias al color rojo de la portada (es ver algo rojo y sentirme atraída). La contraportada no daba demasiada pistas y decidí darme un tiempo para dejar reposar mi atracción fatal por el rojo, pero he seguido teniéndolo presente y ahora me topo con tu reseña; por lo que es posible que la lea, de hecho, ya comprobé que está en la biblioteca. BEsos

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  4. Vaya pedazo de reseña. Al principio me llamaba este libro, pero después de leer varias reseñas en que cuentas que tiene buena parte de erótica la descarté.
    Nos leemos!
    un beso ;)

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  5. Yo la tengo apuntada, luego vere si puedo hacerle un hueco. Gracias por la reseña. Besinos.

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  6. Yo no termino de verlo. Que no termine de encuadrarse me deja un poco reticente

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    1. Bueno, es muy sencillo: la editorial la pone como thriller porque es lo que más vende y algunos periodistas que NO la han leído (pero que tienen que hablar de ella), lo mantienen. Luego están los blogueros que etiquetan de cualquier manera y dicen que es erótica porque contiene escenas de sexo explícito... algo que por cierto, no pretende ese género. Así está el nivel, pero la novela es muy buena.

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  7. Es la segunda reseña que leo de esta novela. Me identifico plenamente con lo que dices en el primer párrafo, yo también huyo de estos lanzamientos y de esas etiquetas de fenómeno porque me suelen decepcionar, me parecen exageradas.
    Esta reseña es más positiva que al anterior que leí pero sigue sin convencerme, no descarto leerlo cuando haya pasado el tsunami promocional.
    Y tienes razón, no es normal meter una novela en género erótico solo porque contenga algunos pasajes por muy explícitos que sean.
    Un beso

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  8. Vaya reseñón que te has marcado! Pero no sé, no sé. NO termino de verlo claro con esta novela. No me lanzo a por ella aunque si se pone en mi camino, no le diré que no.
    Besotes!!!

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  9. Tengo una duda: ¿tú eres más de Moji o de Caris? 😉😉😉😉😉😉
    Si hablan de Artemisa ya me pongo a sus pies, porque mira que era difícil ser maestro, pero siendo mujer imposible. Lee sobre Sofonisba y fliparás. Ya sabes que la tengo aparcada, pero voy a leerla, porque tengo que destriparla entera contigo. En cuanto a lo de thriller, jamás nos pondremos de acuerdo.
    Y otra duda que me corroe: ¿lo de soez y el abuso de las marcas es malo para unas novelas y para otras no? Ummmmmmmm... Algo no me cuadra.
    Peazo de reseña te has marcao, doña Kayena.
    Beso gordo.
    P.S.: tenías razón: la portada ya la veo de otra manera.

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    1. Yo soy más de Caris; de hecho, te voy a contar un secreto: a Moji la dejamos hablar, normalmente ni la cuestionamos y luego, entre nosotras, nos echamos unas risas a su costa. Es un poco limitada la pobre.

      Y si, se habla mucho de Artemisa, se cuenta su historia y se describen sus cuadros. Se nota a la legua que la tía es una entendida y es una delicia leer sus descripciones. Nada es gratis en esta novela.

      Y llevas razón con lo soez o con eso de las marcas: hay novelas que son groseras en origen aún sin tratar el tema del sexo, pero no sé por qué motivo esta parece que lo sea. Aquí, del mismo modo que se describen escenas de sexo explícito, se habla durante ellas de manera natural y te aseguro que he visto otras novelas que no han sido catalogadas como esta muchísimo más vulgares (porque esta no lo es) y a blogueros levitando y otorgándoles puntuaciones insuperables.

      Así que ya sabes, cualquier duda que te surja, me cuentas y destripamos.

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    2. Y eso de levitar ¿es de nacimiento o se aprende? Es para saber si tengo alguna esperanza.
      Respecto a lo de soez: el pecado lastra y se ve el sexo como algo sucio. Y mientras dos (tres o catorce) estén de acuerdo, todo es válido. ¡Harta de puritanismo y de escandalizarnos por todo!
      Pues yo sé de unas novelas con sexo de ese de relleno porque no dan para más y con marcas que ni en Rodeo Drive, oiga. Y son de esas de levitación que dices tú. Asquito no, lo siguiente.
      Yo también muy de Caris. Las «mojis» me provocan urticaria.

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  10. Por lo que cuentas en tu magnífica reseña creo que voy a pasarme por la librería a coger un ejemplar.
    Besos

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  11. Pues a mí no me acababa de llamar la atención. Me alegro que la hayas disfrutado.

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  12. Había visto en los escaparates de las librerías la novela, pero no había leído ninguna reseña y no sabía de que iba, me alegro haber leído la tuya la primera, pues si llego a leer una reseña de una de esas "mojis" de pacotilla, la habría dejado pasar sin mas.
    Besos

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  13. Me pasa como a ti, suelo desconfiar de los grandes lanzamientos literarios, pero esta novela seguro que la leeré, sólo leo cosas buenas de ella. Besos!!

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  14. Acabo de terminar de leer la novela y estoy totalmente de acuerdo con tu opinión. Estoy deseando que publiquen la próxima. Besos

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  15. Ay Kayena como me has picado. Me la pido para el día de la madre. Un abrazo.

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  16. ¡Hola!
    Tiene algo que me llama. No le diré que no si se cruza en mi camino.
    Magnífica reseña.
    ¡Nos leemos! :-)

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  17. Pues aún con esta buenísima opinión, no me lo quedo =)

    Besotes

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  18. Qué gusto da leer reseñas así de detalladas y argumentadas. Me pasa un poco lo que a ti, de las mesas de novedades (de las editoriales grandes) paso muy de largo, los bestsellers y yo como que no. Pero de de este libro he leído ya varias reseñas y me está entrando mucha curiosidad. Y después de leerte a ti creo que me voy a hacer con él para este verano, vamos.

    Todo un descubrimiento este blog, es un placer leerte.

    ¡Besote!

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